En el año 1977 el psicólogo inglés J.Bowbly, expone la Teoría
del apego equiparándose a una necesidad primaria y universal. Esta teoría
parte de la idea que los seres humanos tendemos a formar lazos afectivos con
algunas personas. Así como también, explica la variedad de formas de dolor
emocional (ansiedad, ira...) como consecuencia de alguna separación indeseada o
cuando existe una pérdida afectiva.
El apego proporciona seguridad,
protección, supervivencia y es la base para nuestra socialización y regulación
emocional. Dependiendo del estilo de crianza recibido, podemos identificar
y conocer los diferentes estilos o tipos de apego:
- Seguro
- Inseguro-Evitativo
- Inseguro-Ansioso/Ambivalente
- Desorganizado
Los tres primeros años de vida
son cruciales para establecer un apego seguro. Sabemos que, ya desde la vida
intrauterina, cuando el feto tiene 6 meses de vida, se empieza a establecer el
vínculo con la madre. A partir de ese momento, desde su
El siguiente cuadro, extraído
del libro de Barudy y Dantangan, describe los diferentes tipos de apego:
Así que, una vez pasadas las
etapas de infancia y adolescencia, llegamos a la etapa de la vida adulta. Donde
establecemos y fortalecemos lazos afectivos con nuestras parejas, la relación
entre adultos consiste en dar y recibir de manera recíproca. El cuidado, afecto
y seguridad, son aspectos que reflejan el apego recibido en la infancia.
Según el estudio sobre Apego
y satisfacción afectivo-sexual en la pareja realizado en la Universidad del País Vasco, los adultos
seguros recuerdan una relación cariñosa con sus figuras de apego. En cambio los
adultos evitativos, recuerdan una historia de frialdad, falta de capacidad de
respuesta y rechazo por parte de sus figuras de apego. Los ambivalentes
recuerdan las figuras de apego como poco comprensivas y un afecto negativo
hacia ellos. Estos estilos de apego inseguro (evitativo y ansioso-ambivalente) muestran
frialdad afectiva y excesivo grado de control conductual.
Con varios ejemplos trataré de
explicar como los diferentes estilos de apego se reflejan en las relaciones de
pareja en la etapa adulta:
Apego
seguro: Gema tiene una relación con
Manolo, llevan juntos 2 años y ella se siente muy cómoda, alegre y satisfecha
con su pareja. Cuando sus amistades o familiares le preguntan qué tal, ella siempre
habla en positivo y sus críticas son constructivas a cerca de su novio y
relación. Manolo tiene sus peculiaridades (como todas las personas) pero Gema
no se centra sólo en eso y puede ver las potencialidades y virtudes que tiene.
No intenta cambiar las cosas y aspectos que no le convencen o no le agradan del
todo, simplemente lo acepta tal y como es. Gema no le ha sido infiel, ni
tampoco piensa que Manolo lo haya sido, se siente con confianza y sobretodo
cree en el compromiso y el respeto mutuo de la pareja.
Apego
evitativo: Rodrigo tiene una
relación con Bernardo y llevan unos 4 años. Rodrigo es una persona muy
reservada, no le gusta hablar de sus emociones ni de sentimientos, cuando
Bernardo le dice un te quiero, él se queda bloqueado y enseguida le cambia de
tema. Eso hace que el otro se sienta molesto y al final suelen terminar
peleados. Los dos muestran dificultades para comprenderse. Esta situación
ocurre también cuando Bernardo le habla de los deseos y proyectos que quiere
realizar junto a él, (como por ejemplo casarse o tener un hijo...) Rodrigo no
está dispuesto a cumplir con semejante compromiso ya que suele dudar de la
existencia y estabilidad del amor. Piensa que no hay un amor verdadero y
duradero. Bernardo siempre le reclama más presencia y poder compartir más
tiempo. Le suele decir “Vas a tu bola tío,
tú a lo tuyo”.
Rodrigo necesita excesivos momentos
de soledad y privacidad, aunque conviven juntos, le resulta difícil poder
cubrir esa necesidad. Lo que suele hacer es camuflarse mucho en su trabajo,
dedica excesivas horas y eso implica menos tiempo para estar en la casa y atender
a su pareja.
Apego
ansioso-ambivalente: Julio sale con Lola, se
conocieron saliendo de marcha. Ahora su relación se ha consolidado y ya no es
un simple rollo. Julio se muestra muy pendiente y dependiente a Lola.
Constantemente le dice para irse a vivir juntos, ella le va frenando porque
todavía es muy temprano. Él cada mañana le manda mensajes de buenos días y le
expresa su amor, le dice lo mucho que la quiere y el deseo de tenerla entre sus
brazos. Si ve que ella no responde durante el día, éste se empieza a preocupar
y a ponerse nervioso, por este motivo, insiste en mandarle más mensajes,
esperando la contestación de su amada; si tampoco contesta llega a enviarle
mensajes de enfado. Su cabeza empieza a pensar y entra en un bucle negativo, siente
que ella ya no muestra interés hacia él y teme que ella se fije en otro y le
deje. Le vienen pensamientos negativos sobre lo que puede
estar haciendo Lola en su ausencia.
Julio nunca se ha sentido
guapo, atractivo ni inteligente, sino todo lo contrario.
Estos
tres ejemplos representarían los prototipos de relación adulta en base al tipo
de apego. Si bien todos nos podemos ver representados, en la realidad no es tan
exacto, pues hay más variables y condicionantes. Seguramente podremos ver una
mezcla de ellos en nuestra pareja, en nosotros mismos, o en otros.
Para acabar, os dejo con un fragmento en el que podéis hacer cábalas sobre qué tipo de apegos se reflejan en esta pareja.
BIBLIOGRAFÍA:
Barón,
M. O., Zapiain, J. G., & Apodaca, P. (2002). Apego y satisfacción afectivo-sexual en la pareja. Psicothema, 14(2), 469-475.
Barudy, J., & Dantagnan,
M. (2005). Los buenos tratos a
la infancia: Parentalidad, apego y resiliencia. Editorial Gedisa
Bowlby,
J. (2015). Una base segura: aplicaciones clínicas de
una teoría del apego. Paidos Ibérica.
Marta
Orcera Duel