jueves, 23 de agosto de 2018

DIME CÓMO AMAS Y TE DIRÉ QUÉ APEGO TIENES


En el año 1977 el psicólogo inglés J.Bowbly, expone la Teoría del apego equiparándose a una necesidad primaria y universal. Esta teoría parte de la idea que los seres humanos tendemos a formar lazos afectivos con algunas personas. Así como también, explica la variedad de formas de dolor emocional (ansiedad, ira...) como consecuencia de alguna separación indeseada o cuando existe una pérdida afectiva. 

El apego proporciona seguridad, protección, supervivencia y es la base para nuestra socialización y regulación emocional. Dependiendo del estilo de crianza recibido, podemos identificar y conocer los diferentes estilos o tipos de apego:
  • Seguro
  • Inseguro-Evitativo
  • Inseguro-Ansioso/Ambivalente
  • Desorganizado


Los tres primeros años de vida son cruciales para establecer un apego seguro. Sabemos que, ya desde la vida intrauterina, cuando el feto tiene 6 meses de vida, se empieza a establecer el vínculo con la madre. A partir de ese momento, desde su 
nacimiento hacia adelante, el individuo trazará su propia línea de vida, e irá superando las diferentes etapas del ciclo vital, partiendo de una base más o menos sólida (dependiendo del estilo de apego recibido). La manera de entender y ver la vida de una forma u otra. La cual ayuda a la resolución de conflictos, empatía, habilidades sociales, etc.




El siguiente cuadro, extraído del libro de Barudy y Dantangan, describe los diferentes tipos de apego:



Así que, una vez pasadas las etapas de infancia y adolescencia, llegamos a la etapa de la vida adulta. Donde establecemos y fortalecemos lazos afectivos con nuestras parejas, la relación entre adultos consiste en dar y recibir de manera recíproca. El cuidado, afecto y seguridad, son aspectos que reflejan el apego recibido en la infancia.

Según el estudio sobre Apego y satisfacción afectivo-sexual en la pareja realizado en la Universidad del País Vasco, los adultos seguros recuerdan una relación cariñosa con sus figuras de apego. En cambio los adultos evitativos, recuerdan una historia de frialdad, falta de capacidad de respuesta y rechazo por parte de sus figuras de apego. Los ambivalentes recuerdan las figuras de apego como poco comprensivas y un afecto negativo hacia ellos. Estos estilos de apego inseguro (evitativo y ansioso-ambivalente) muestran frialdad afectiva y excesivo grado de control conductual.



Con varios ejemplos trataré de explicar como los diferentes estilos de apego se reflejan en las relaciones de pareja en la etapa adulta:

Apego seguro: Gema tiene una relación con Manolo, llevan juntos 2 años y ella se siente muy cómoda, alegre y satisfecha con su pareja. Cuando sus amistades o familiares le preguntan qué tal, ella siempre habla en positivo y sus críticas son constructivas a cerca de su novio y relación. Manolo tiene sus peculiaridades (como todas las personas) pero Gema no se centra sólo en eso y puede ver las potencialidades y virtudes que tiene. No intenta cambiar las cosas y aspectos que no le convencen o no le agradan del todo, simplemente lo acepta tal y como es. Gema no le ha sido infiel, ni tampoco piensa que Manolo lo haya sido, se siente con confianza y sobretodo cree en el compromiso y el respeto mutuo de la pareja.


Apego evitativo: Rodrigo tiene una relación con Bernardo y llevan unos 4 años. Rodrigo es una persona muy reservada, no le gusta hablar de sus emociones ni de sentimientos, cuando Bernardo le dice un te quiero, él se queda bloqueado y enseguida le cambia de tema. Eso hace que el otro se sienta molesto y al final suelen terminar peleados. Los dos muestran dificultades para comprenderse. Esta situación ocurre también cuando Bernardo le habla de los deseos y proyectos que quiere realizar junto a él, (como por ejemplo casarse o tener un hijo...) Rodrigo no está dispuesto a cumplir con semejante compromiso ya que suele dudar de la existencia y estabilidad del amor. Piensa que no hay un amor verdadero y duradero. Bernardo siempre le reclama más presencia y poder compartir más tiempo. Le suele decir “Vas a tu bola tío, tú a lo tuyo”.

Rodrigo necesita excesivos momentos de soledad y privacidad, aunque conviven juntos, le resulta difícil poder cubrir esa necesidad. Lo que suele hacer es camuflarse mucho en su trabajo, dedica excesivas horas y eso implica menos tiempo para estar en la casa y atender a su pareja.


Apego ansioso-ambivalente: Julio sale con Lola, se conocieron saliendo de marcha. Ahora su relación se ha consolidado y ya no es un simple rollo. Julio se muestra muy pendiente y dependiente a Lola. Constantemente le dice para irse a vivir juntos, ella le va frenando porque todavía es muy temprano. Él cada mañana le manda mensajes de buenos días y le expresa su amor, le dice lo mucho que la quiere y el deseo de tenerla entre sus brazos. Si ve que ella no responde durante el día, éste se empieza a preocupar y a ponerse nervioso, por este motivo, insiste en mandarle más mensajes, esperando la contestación de su amada; si tampoco contesta llega a enviarle mensajes de enfado. Su cabeza empieza a pensar y entra en un bucle negativo, siente que ella ya no muestra interés hacia él y teme que ella se fije en otro y le deje. Le vienen pensamientos negativos sobre lo que puede estar haciendo Lola en su ausencia.
Julio nunca se ha sentido guapo, atractivo ni inteligente, sino todo lo contrario.




Estos tres ejemplos representarían los prototipos de relación adulta en base al tipo de apego. Si bien todos nos podemos ver representados, en la realidad no es tan exacto, pues hay más variables y condicionantes. Seguramente podremos ver una mezcla de ellos en nuestra pareja, en nosotros mismos, o en otros.

Para acabar, os dejo con un fragmento en el que podéis hacer cábalas sobre qué tipo de apegos se reflejan en esta pareja.






BIBLIOGRAFÍA:

Barón, M. O., Zapiain, J. G., & Apodaca, P. (2002). Apego y satisfacción afectivo-sexual en la pareja. Psicothema14(2), 469-475.

Barudy, J., & Dantagnan, M. (2005). Los buenos tratos a la infancia: Parentalidad, apego y resiliencia. Editorial Gedisa

Bowlby, J. (2015). Una base segura: aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Paidos Ibérica.




Marta Orcera Duel




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